martes, 7 de febrero de 2012

Delay

La avenida estaba colapsada, hacía más de media hora que Roque estaba en ese taxi. Ya no podía concentrarse en la lectura de sus apuntes, tomo su blackberry y reviso sus mails. Llamó a su asistente Sol y su celular entraba directamente a la casilla de mensajes. No dejaba de lamentar hasta donde había llegado esa relación después de tantos años de trabajar juntos en la fiscalía. Hacía mas de un año que habían terminado y sin embargo ella no quería dejar de trabajar a su lado.
Ese año cumplía veinte años como fiscal y por primera vez sentía que estaba llegando el momento de dejar el cargo. Había estado muchas veces amenazado y bajo presión, pero era la primera vez que las amenazas a él las hacían con mails y llamados a sus colaboradores. Sol parecía tranquila. A él no lo dejaba dormir.
El celular comenzó a vibrar, Roque lo miró esperando que fuera Sol. El visor mostraba “desconocido”.

-   Hola – dijo.
-   ¡Dejate de joder o estas muerto! – dijeron del otro lado de la línea.
-   ¿Quién habla? - dijo con furia Roque.
-   ¡Vas a pagar vos y los que te rodean!

La comunicación se corto. Roque sintió un escalofrío, esa era la tercera llamada anónima que recibía esa semana. El Fiscal General sabía que estaba pasando y lo minimizaba. El no contaba con auto blindado, chofer, guardia permanente y el cargo político que lo mantuviera protegido. Apretó los puños para detener el temblor de sus manos.
El celular de Sol seguía apagado.
A una cuadra del edificio de Tribunales el taxi estaba parado, Roque pagó y salió caminando, alguna manifestación los volvería locos nuevamente.
Entró al edificio por el acceso lateral y al llegar encontró un movimiento inusual.
Al ingresar saludo a Margot, quien hacía el control de acceso, y le preguntó que estaba pasando. Ella le pregunto como no se había enterado, esa mañana el personal de limpieza había encontrado una empleada muerta. Era de su piso. Al parecer se había suicidado.
Roque sintió que se le aflojaban las piernas. No le salían las palabras. Quería preguntar si era Sol de la que hablaba pero los pensamientos en su cabeza parecían revolverse con una furia inusual. Quiso apurarse para subir, se tambaleó, llegó al ascensor 3 y subió. Como por reflejo decidió sentarse en sus cuclillas hasta que el ascensor llegara al piso 18. Los ojos se le llenaban de lágrimas. El ascensor comenzó a bajar la velocidad, uso todas sus fuerzas y se puso de pie.
Al abrirse la puerta el pasillo estaba vacío. Salió en dirección al despacho de Sol. Escuchó ruidos desde el interior. En ese momento comenzó a sonar su blackberry, lo miró, era Mónica, su mujer.

-  No es el mejor momento – dijo Roque al atender.
-  Fui a buscar a Romi al Colegio por el turno del dentista y no estaba. Ella sabía que yo la iba a buscar, no se iba a hacer la rata justo hoy. Estoy preocupada. – dijo Mónica.

Roque sintió que le bajaba la presión. Hizo fuerzas para mantenerse en pie. Se apoyo en la pared y comenzó a caminar hacia el ascensor.

-  Voy para allá, me meto en el ascensor y por ahí se corta. ¿Hablaste con alguna de sus amigas?, ¿sabes si la vieron a la mañana?
-  No, estaban en clase - dijo Mónica. - Ahora vuelvo a entrar y le pido a la Directora que me deje hablar con alguna de las chicas.
-  Ok, salgo para allá - dijo Roque y subió nuevamente al ascensor.

El corazón de Roque latía desbocado. Se le cruzaban pensamientos a toda velocidad. No podía fijarse en ninguno, era como estar en una montaña rusa. El ascensor que tardaba apenas más que diez segundos en llegar a planta baja parecía en cámara lenta. El pecho comenzó a dolerle como si un elefante estuviera parado sobre él. Cayó al piso. Quería hablar pero no le salían palabras. Miraba el visor del ascensor y se movía lentamente.

El infarto era masivo, solo unos segundos después su corazón se había detenido.
Su blackberry vibró. Entro mail de Sol. El encabezado decía: ¿Dónde estás que no llegas?
Se escuchó el pitido del teléfono, había entrado un nuevo mensaje de texto. Era de Mónica. “Todo bien, nos habíamos cruzado, estaba en casa. Llamame cuando puedas.”