domingo, 10 de julio de 2011

Las Cartas Hablan

No sé por dónde voy a empezar. Cada una me dijo lo que creía, pero no estoy segura. La última vez estuve como en blanco y la pasé horrible, no puedo hacer lo mismo. Claro, si estuviera con Norma me diría que soy una estúpida, que Marta me domina y que por eso tengo que empezar por lo de Domingo. Pero Marta no lo hace porque sea su primo, a ella que le importa, si al final es más mi amiga que prima de él. Norma no soporta los celos, como si porque ella se quedo firme cuando se murió Carlos entonces tengo que estar siempre haciendo lo que diga ella. Cuatro años desde que se fue, que barbaridad. Parece mentira, si no fuera porque no lo extraño nada me parecería que fue ayer que se murió. Norma parece que lo hubiese querido más que yo, pensar que se murió el día que le iba a decir que me hacía las valijas. Y Norma sabía eso, y tiene más culpa que yo. Por los chicos no le quiero preguntar, mejor no andar tentando al destino, ellos andan bien, la que anda mal soy yo, que no se nada nunca, que la cocina de porquería no me anda cuando tengo que empezar a hacer las empanadas que me encargaron a ver si alguna vez me gano un peso. Si, por los chicos no, además si saben que vengo a gastarme los pocos pesos que tengo no me mandan más un centavo. Como si esto fuera tirar la plata. No saben lo que me ayuda. Prefiero preguntar por Marta, a ella la veo mal, siempre tan asustada por todo, aunque mejor no, que venga y pague ella, son los últimos doscientos pesos que tengo. Mejor le hago caso y pregunto por Domingo, me gusta y eso no es nada malo. Mejor saber a dónde va la relación, así que mejor empiezo por ahí. Total la artritis no va a cambiar demasiado.

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